Después de un viaje cortito desde
la capital llegué a Turrialba, una de las poblaciones más antiguas de este
país. Su economía, para los curiosos, se basa en el cultivo de caña de azúcar,
café, lácteos, macadamia y hortalizas.
Al llegar a la parada de bus de Turrialba hice una compra de frutas básicas y me animé a comprar una Guanábana de un kilo
y medio. Fruta de excelentes propiedades nutricionales y para la lucha contra
varios tipos de cáncer. https://es.wikipedia.org/wiki/Annona_muricata
Llegué, sin ningún problema, a lo
que iba a ser mi hogar durante mi semana de voluntariado en Spanish by the
river, Turrialba (la misma escuela de Boquete y Bocas, dónde hice las lámparas).
Aquí viven los dueños de todas estas escuelas, Ingrid y Fernando con
sus cuatro hijos, dos personas que tuve el placer de conocer en Boquete y a las que me hizo mucha ilusión volver a ver. Ingrid una super madre con la que pude hablar en un par de ocasiones y a la que ayudé en el hostal en el fin de semana para que pudiera disfrutarlo con sus hijos.
El hostal se sitúa en mitad de un bosque, con vistas al
volcán Turrialba, aún activo. Un lugar escondidito entre las montañas, dónde las
noches son iluminadas por las luciérnagas y el sonido de los insectos y, los
amaneceres y atardeceres por el canto de los pajaritos.
Tenían un lindo gatito que me
hacía compañía por las mañanas. Milú.
Y un perro enorme, de pocos meses. Aquí sale
Rubén con Cai.
Desde la escuela se puede ir
caminando por un sendero precioso hasta el pueblo.
En el que te acompañan los
pajaritos…
Y te miran vacas tumbadas sobre el
mullido césped
El pueblo es pequeñito. El primer
día Fernando me dio una vuelta por el pueblo para que lo conociera y comprara cosas para comer porque cerca del hostal no hay nada. Un paseo muy agradable en su super coche.
Las casas no muy altas, de colores y originales, como esta,
con su gentecilla,
sus dulces tentadores y sus riquísimas frutas.
Aquí he podido descansar, hacer algo
de ejercicio, dibujar, leer, meditar y dormir bien en mi cuca habitación.
Ayudaba a Ingrid a hacer los
desayunos para el grupo de estudiantes que vino a estudiar español. Aprendí a
hacer tostadas francesas: pan remojado en una mezcla de huevos, vainilla y canela, después por la sartén con un poquitín de aceite, tipo torrijas.
También he pasado buenos ratos con
Tatiana, la profesora de español. La última noche los chicos tenían cocina tica
en su casa y ella me invitó a ir. Cocinamos enyucados que consiste en cocer la
yuca (también se podría hacer con patata) y crear con ella una masa con un poco
de sal, rellenarlo de una salsa de carne o bien de queso y, por último, freírlo
con abundante aceite. Lo comimos acompañado de una ensalada con palmitos y
frijoles molidos.
Al día siguiente desayuné como una tica, con Tatiana y Nicola
(uno de los estudiantes, las chicas son unas dormilonas), Gallo Pinto, arroz
con frijoles, culantro, cúrcuma, acompañado de revuelto de huevos, queso de
Turrialba y plátano frito.
También he conocido a Diego, el
hijo de Manuel al que ya vi en Boquete. Ambos trabajan en la escuela con temas de mantenimiento. Muy
buena gente!!!
Y, por supuesto, he estado en lugares alucinantes:
Rafting Río Pacuare
He tenido la suerte de hacer
rafting en el Río Pacuare. Actividad que no estaba en mi lista de “cosas por
hacer” por el precio que tiene. Ingrid y Fernando me invitaron. La experiencia
fue máxima.
Esto ocurrió el día después a mi
llegada. Estaba a punto de desayunar, cuando, de repente, me dijeron que había
un hueco para mí. Me puse el desayuno en un tupper y me monté en el 4x4 sin
dudarlo con una pareja de ingleses y un gringou. Allí estaba el conductor, un tico
con el que, a lo largo del camino, me enseñó el nombre de cerros, pueblos,
ríos... También me hablada de pájaros, mariposas, toros… Un viaje ameno e
instructivo.
Después de una hora de viaje,
llegamos. Nos equipamos y los guías nos dieron unas cortas lecciones de cómo
remar. No parecía complicado. Y sin perder tiempo nos metimos todos a la barca.
Este río es considerado como uno
de los cinco ríos mejores de mundo para hacer rafting y está entre los diez
ríos más bonitos del mundo, según el National Geographic. Este espectacular río
nace en la cordillera de Talamanca a 3.000 msnm y desciende por las montañas
hasta desembocar en el mar Caribe. Tiene una longitud de 133km. Nosotros
hicimos unos 30km con un gradiente de 200m aproximadamente con más de 38
rápidos, entre el sector de Tres Equis y Siquirres.
Durante el recorrido disfruté de
unas vistas preciosas de 360 grados. Rodeada de un bosque tropical húmedo pude
ver pequeñas cataratas, tirolinas que usan los indígenas Cabecar para cruzar de
un lado del río al otro y también pude ver cómo un tren cargado de plátanos
cruzaba por un bonito puente.
La dificultad del rafting no fue
para tanto, quizás, porque el río estaba bajo, según comentaba el guía.
Nosotros obedecíamos sus órdenes que llegaban desde la parte trasera: power
twice (remar dos veces), power three times (remar tres veces), relax, celebrate
(chocábamos los remos), lining (agarrados de la cuerda y agachados, por
seguridad), get down (para cuando venía algo
gordo). Era malo, porque, a veces, cuando venía algo gordo como una ola o
remolino, decía “celebrate” y todos teníamos que chocar los remos hacia arriba.
A duras penas pude sacar fotos, porque la regla número uno era no soltar el remo. A mitad de camino hicimos una parada en una cascada muy bonita, para descansar, tomar algo de fruta y bañarnos.
A duras penas pude sacar fotos, porque la regla número uno era no soltar el remo. A mitad de camino hicimos una parada en una cascada muy bonita, para descansar, tomar algo de fruta y bañarnos.
Continuamos con el descenso. Uno
de los monitores iba con su kayak azul pequeñito haciendo piruetas. A veces se
quedaba sobre una roca girando, otras se quedaba en un remolino, surfeaba por
los rápido que daba gusto, parecía bastante divertido.
Antes de que el recorrido tocara
su fin, nos tiramos al agua en la parte llamada Cañón de Dos Montañas, 15
metros de anchura cuyas paredes verticales se alzan a más de 100 metros de
altura. Un lugar impresionantes dónde dejé mi cuerpo flotar mirando hacia
arriba, guauuuu…. Me costó subirme de nuevo a la barca y con los últimos
rápidos, nos despedimos. Nos llevaron a comer a una soda, nada del otro mundo,
arroz con frijoles, plátano frito, pollo/pescado y ensalada.
Noche de bichos
Esta noche estaba prácticamente
sola. Los jefes duermen arriba (bastante arriba) y en el hostal había sólo dos
chicas en la habitación de abajo, así que estaba sola en toda la planta
principal. Esta noche no tenía sueño y se me
hizo tarde. Me fui a duchar y apunto de girar el grifo, veo encima de mi cabeza
una enorme araña peluda del tamaño de mi mano.
No había visto cosa así nunca,
me pilló de sorpresa. Terminé de ducharme sin quitarla ojo y la hice un book de
fotos para el recuerdo porque espero no volverla a ver. Al día siguiente,
Ingrid me dijo que es inofensiva pero luego Tatiana me dijo que esas saltan…
Como ya no quería entrar a ese
baño y me tenía que lavar los dientes, fui al baño que tiene la habitación
vacía que estaba al lado de la mía. Mientras me estoy lavando los dientes, veo
como dos puntitos verdes luminosos se acercan a toda velocidad hacia mí. Una
luciérnaga se había colado en la habitación! Salí del baño despavorida. No es
lo mismo ver los puntitos luminiscentes a lo lejos, que quedan bonitos y les da
un toque mágico a la noche, que ver una luciérnaga volando en el baño hacia tu
cabeza. Son feas...
Esta noche me costó dormirme.
Dormí con la ventana cerrada, a pesar de tener mosquitera, con calcetines y
manga larga y no muy bien… entre la araña, la luciérnaga, la cucaracha que pisé
sin querer… me esperaba una noche guapa.
Pero es lo que tiene al estar en
medio del bosque. Hay que aprender a convivir con los bichitos... para lo bueno
y para lo malo.
Oropéndola Moctezuma
La verdad es que he pasado mucho tiempo en el hostal y he
podido observar a muchos pájaros. En especial a este, la Oropéndola. Con estas
vistas veía a este pájaro cambiar de árbol…
La he estado viendo durante todo el viaje, sobre todo en
Bocas. Aquí me ha entrado curiosidad por saber más sobre este pájaro.
Su canto, sobre todo, al amanecer y al atardecer, como ya
expliqué en mi post anterior, tiene un sonido como así: gluglugluglilglu. He
buscado un vídeo en el youtube:
Ese sonido lo hacen mientras se balancean en una rama para
atraer a la hembra. En esta especie la monogamia no existe. El papel del macho
es proteger y vigilar, las hembras construyen estos preciosos nidos que tardan en hacerlos entre 17 a 18 días
(parecidas a las lámparas que hago, jejeje). Muy artesanas ellas. Los elaboran,
principalmente, con las hojas de los plataneros cortándolas en tiras. Cuando
acaban el nido la hembra elegirá al macho dominante.
CATIE
Durante mi estadía en Turrialba fui a visitar el CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y
Enseñanza). Un lugar que me había comentado Andreas, mi amigo alemán que tiene
una finca al norte de Costa Rica, a la que iré al finalizar MI VIAJE para
ayudarle con sus arbolitos y dar una charla en un par de colegios sobre la Lapa
Verde. Ya hablaré de ello cuando llegue el momento. Andreas estaba interesado en que fuera a este lugar para pedir
info sobre unas semillas que quiere para su terreno. La lista que me había dado
era muy específica y en aquel lugar no tenían lo que pedían en ese momento.
Estuve hablando con la gente tan amable del lugar y llegué a conseguir el email
del tipo encargado del banco de semillas.
Escondido se encuentra este árbol, llamado ojoche.
Representa a la madre naturaleza y los espíritus de los bosques. Fue pintado
por Charles Veiman, costarricense.
Me dejé llevar por los pequeños senderos de aquel lugar, sin
ver el mapa que me ofrecieron. Encontré, una vez más, árboles, plantas y frutas
que no había visto aún.
Un manto rosado por el árbol de la Manzana de agua de Asia,
dónde me quedé jugando un rato, hipnotizada por el color…
Por el camino conocí a Geovanny un chico que trabaja en el
vivero desde hace bastante tiempo. Me mostró el lugar, me enseñó dónde germinaba
las semillas y me habló un poco del proceso.
Allí vi una flor espectacular. Me dijo que se llamaba
Harastaliotia, parecida a una planta carnívora, pero no lo era. Tiene un olor
bastante desagradable que atraía a los insectos, lo comprobé, apestaba.
También pude ver el fruto de la Palma del Viajero J , originaria de
Madagascar. Suuuper bonito, me quedé enamorada de ese color azul brillante y de saber que esto proviene de este precioso árbol que
he visto a lo largo del viaje. Ahora cuando lo vuelva a ver, recordaré ese color...
Después, como el chico me veía alucinada por lo que me
contaba, me enseñó dos árboles hermafroditas. Uno se llama Bala de cañón. Un
árbol precioso con una flor muy interesante capaz de polinizarse a sí misma. En
su flor se encuentran los estambres, órgano sexual masculino (parte inferior,
en la foto) dónde se produce el polen y en la parte superior se encuentra el
pistilo que es el órgano sexual femenino. La cosa es que los insectos claro que
ayudan a la polinización de estas flores, llevando el polen de un órgano a
otro, pero el dato curioso es que, al aumentar la temperatura, las dos parte se
juntan pudiéndose “auto”polinizar.
El segundo árbol que me mostró se llama Quepal, o eso
entendí. Las flores que se encuentran en el tronco poseen el órgano sexual
femenino y las de las ramas los masculinos.
Me mostró el camino hacia un mariposario.
Nada de un lugar cerrado con millones de mariposas, sino un trocito de terreno con arbustos florales dónde se posaban las mariposas que quisieran.
Allí me quedé bastante tiempo friqueando con las mariposas.
Me encanta intentar hacer fotos a las mariposas, creo que es un poco complicado y hay que tener paciencia. En este caso, tenía todo el tiempo del mundo y pude hacer un millón de fotos…
Nada de un lugar cerrado con millones de mariposas, sino un trocito de terreno con arbustos florales dónde se posaban las mariposas que quisieran.
Allí me quedé bastante tiempo friqueando con las mariposas.
Me encanta intentar hacer fotos a las mariposas, creo que es un poco complicado y hay que tener paciencia. En este caso, tenía todo el tiempo del mundo y pude hacer un millón de fotos…
La mariposa me parece un insecto hermoso. Con colores diferentes
si tienen las alas abiertas o cerradas. Dicen que en sus alas hay unos polvitos
que si se mojan ya no les permiten volar más.
Me pudo el calor haciendo fotos a las mariposas y seguí
perdiéndome por los caminitos de este precioso lugar. Acabé como metida en la
selva, sin saberlo… Me empezaron a picar los moscos. Mientras me rascaba vi una
oruga y una mariposa, dos insectos tan diferentes pero tan parecidos…
No sé por qué razón seguí metida ahí, pero el lugar era espectacular. Me encontraba en un pequeño
bosque de bambú.
Ensimismada mirando hacia arriba, contemplando la envergadura
de los palos de bambú, se cruzó un tucán a un metro de mi cara a toda
velocidad. A saber a dónde iría con esa prisa, no me dejó hacerle ninguna foto.
Cuando acabé mi visita en esta parte del CATIE, me fui
andando por un camino de unos tres kilómetros a la otra parte, dónde están las
escuelas, universidad, cafetería. Merecía la pena ir. Por el camino había
plantaciones de café y de otros árboles. Hacían pruebas y mezclas entre
especies, experimentos en sí…
Me encontré a un chico que estaba
haciendo un master de Prácticas de la conservación de la biodiversidad (22 000
$ el máster de un año y medio, flipa). Él estaba cogiendo estos frutos que me
dio de probar, me parece que eran lichis. Buenísimos y jugositos.
Por el camino me quedé alucinada viendo la corteza colorida
de algunos árboles, que según mis investigaciones, este árbol podría ser el de
eucalipto.
Iba contenta, sola en el camino. No había nadie. No me había
cruzado con gente de fuera en toda mi visita. Iba saltando sin importarme nada.
Finalmente llegué al lago del que me habló el chico de la entrada,
que fue el que me aconsejó ir hasta allá. Un lago precioso. En él había una
especie de isleta dónde se encontraba una colonia de garzas entre los bambúes.
Allí anidan tres tipos de garzas. Me comentó un chico, que no tienen nada que ver las unas con las otras, sólo comparten el árbol y cada una hace su nido.
Allí anidan tres tipos de garzas. Me comentó un chico, que no tienen nada que ver las unas con las otras, sólo comparten el árbol y cada una hace su nido.
Escuchando el sonido de aquellas aves y, de vez en cuando,
echando la vista hacia el lago para ver cómo volaban de un lado a otro.
A mi lado, caminaban otro tipo de aves, más pequeñas,
buscando gusanitos para comer en el verde o en los nenúfares. Se llaman jacanas
y las hembras (color más pardo) pueden tener a su merced alrededor de 4 a 5
machos.
Me quedé descansando un rato más, tumbada, acompañada de una
bonita mariposa y de un árbol que abrazaba a otro.
Parque Nacional de
Guayabo
Para conocer este lugar tan especial cogí un bus que me
llevó atravesando montañas durante una hora.
Aquí se conservan estructuras arqueológicas que estuvieron
habitadas por una población indígena sedentaria desde el año 100 a.c. hasta
1400 d.c, pero su mayor desarrollo se alcanzó en el año 800 d.c.
Puse el oído a lo que decía un guía que estaba por allí, las
únicas personas que habían. Decía que el lugar para esta población no se eligió
al azar. El lugar, de difícil acceso, rodeado de un bosque tropical lluvioso en
la falda sureste del Volcán de Turrialba servía como de protección personal
ante algún ataque y para evitar la caída de las cenizas del volcán por los
vientos. Era una población sedentaria que se alimentaba de caimanes y
armadillos, conocido por las pruebas de C14. Cultivaban maíz y cacao en la zona
más cálida (baja) y posiblemente tubérculos en la zona más fría (alta). Se dedicaban a crear
figuras con piedra volcánica así como mesas, asientos que fueron encontradas en
las exploraciones realizadas a finales del siglo XIX.
En estas ruinas pude ver “montículos” circulares de piedra
con diferentes tamaños utilizados como base para construir los palenques, sus
viviendas, hechas con madera, palma y bejucos.
Acueductos cerrados o abiertos que servían para conducir el
agua desde los nacientes hasta los tanques de almacenamiento. Las piletas, que
aún están en funcionamiento, recogen agua de dos manantiales. No se sabe si la
usaban para tomar, para bañarse o incluso para rituales… quién sabe!?
También pude ver los restos de algunas tumbas. Se piensa que
en este lugar sólo se enterraba a gente importante, cerca del montículo
principal.
Y por último una calzada de piedra. Estos caminos se usaban
como vías de tránsito que se prolongaban en diferentes direcciones.
Después de ver esto, subí a un mirador para verlo todo desde
arriba junto a una lagartija que estaba tomando el sol.
Comencé el sendero, estaba totalmente sola.
Y rápidamente me mimeticé con el entorno…
El sitio era bonito y
como culturilla está bien, pero lo que más me gustó fue el Sendero Canto del
Agua.
Comencé el sendero, estaba totalmente sola.
Y rápidamente me mimeticé con el entorno…
Recorrí un sendero totalmente natural acompañada del susurro
del agua del río Lajitas y de un pequeño afluente.
Los caminos verdes y espesos no dejaban pasar apenas los
rayos del sol.
A mi izquierda pude ver un estrechito camino que conducían, por una bajada bastante empinada y resbaladiza, al río. Un precioso lugar con unas tonalidades que me hicieron quedarme bastante rato allí, relajada y escuchando sólo el sonido del agua pasar.
A mi izquierda pude ver un estrechito camino que conducían, por una bajada bastante empinada y resbaladiza, al río. Un precioso lugar con unas tonalidades que me hicieron quedarme bastante rato allí, relajada y escuchando sólo el sonido del agua pasar.
Por mi camino me encontré un grueso árbol custodiado por
hormigas con sus imponentes casas levantadas con arena.
Seguía andando, ya terminando el sendero, sin perder la
vista a cualquier cosa que podría cruzarse en mi camino.
No decir las flores nuevas que iba viendo...
Hasta que me encontré esta planta con extraña belleza.
No decir las flores nuevas que iba viendo...
Hasta que me encontré esta planta con extraña belleza.
Tucán pico de arcoíris
Tengo que decir que, prácticamente, todas las mañanas me he
levantado a las 5:30 para intentar ver a los tucanes. Siempre se les escuchaba
de lejos y tímidamente se colocaban en unas ramas a unos cuantos metros de la
terraza. Justo cuando quería sacarles una foto se iban y les perdía de vista.
Les he visto algunas veces por el hostal, más que verles, les escuchaba, pero
no me daba tiempo a echarles la foto. Tienen un sonido peculiar, parecido al croak croak de una rana.
El último día decidí hacer un dibujo de este tucán, me parece un pájaro super bonito y me parecía una pena no poder tener una foto de él. Cuando terminé, tuve la suerte de verle en aquella rama. Estaba bastante lejos, pero pude tomarle unas cuántas fotografías. Malas porque mi objetivo es una caca, pero haciendo zoom y modificando un poco las cosas, pude, a duras penas, sacarle algo de color…
El último día decidí hacer un dibujo de este tucán, me parece un pájaro super bonito y me parecía una pena no poder tener una foto de él. Cuando terminé, tuve la suerte de verle en aquella rama. Estaba bastante lejos, pero pude tomarle unas cuántas fotografías. Malas porque mi objetivo es una caca, pero haciendo zoom y modificando un poco las cosas, pude, a duras penas, sacarle algo de color…
Me fui contenta por haber conocido este lugar tan tranquilo y bonito y llevarme en el recuerdo a las personas que he encontrado en él. Tal vez nos volvamos a cruzar... :-)
Y me llevo esta camiseta que me regaló Ingrid!!!!
Pura Vida Maeee
Y me llevo esta camiseta que me regaló Ingrid!!!!
Ahora voy
a pasar una semana con mi tía de mochileras. Conoceremos más partes de este precioso país y le mostraré lugares que nunca olvidará. Empiezo la 3a parte en Costa Rica!!!